Al final, los sistemas que pudimos revisar iban desde tener muy pocas funciones hasta estar sobrecargados de complejidad, con una tendencia hacia la complejidad. En sí mismo, esto no es ni bueno ni malo. Simplemente refleja la evolución estándar de los sistemas: desde sistemas "unicelulares" simples con características muy limitadas, hasta "dinosaurios" torpes que ni siquiera pueden darse cuenta de que otro dinosaurio les está mordiendo la cola.
Es muy difícil para los creadores tomar la decisión firme de dejar un producto en la etapa "unicelular", cuando todo a su alrededor aspira al crecimiento. Es por eso que la mayoría de los sistemas suelen tener conjuntos arbitrarios de funciones para organizar el trabajo en grupo (blogs, discusiones, chats, correo electrónico), gestionar ventas (contactos, clientes potenciales, transacciones, embudo de ventas), gestionar tareas (proyectos, hitos, tareas, comentarios, eventos) y planificación individual (listas de tareas, reuniones, horarios). Sin embargo, si miras de cerca, puedes ver que muchos de estos elementos tienen más similitudes que diferencias.